Marcha por la Paz en Culiacán: crónica, ruta, símbolos, testimonios y análisis
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Resumen en 30 segundos
El 7 de septiembre de 2025, Culiacán vivió una movilización ciudadana multitudinaria —reportes periodísticos estimaron desde decenas de miles hasta cerca de 50 mil personas— que vistieron de blanco para exigir paz y seguridad. La marcha inició en La Lomita, avanzó por Álvaro Obregón y concluyó cerca de la Catedral. Fue una jornada pacífica, con familias, colectivos de buscadoras, estudiantes, comerciantes y organizaciones civiles caminando juntas.
Crónica del día
Al amanecer, los puntos de reunión se fueron poblando de camisetas blancas, sombrillas y carteles caseros. Para muchos, no fue una protesta más; fue un duelo en movimiento. La convocatoria se difundió por organizaciones civiles y sectores empresariales; medios como UnoTV y El Universal reportaron una asistencia cercana a las 50 mil personas. El gesto fue colectivo pero el dolor, profundamente personal.
Durante el último año se han documentado hechos que sensibilizaron a la comunidad y detonaron la movilización. Testimonios y cifras difundidas en distintos reportajes dieron marco al reclamo de paz y justicia, como lo narró Línea Directa. El mensaje fue unitario: recuperar la tranquilidad en Culiacán y poner a las víctimas en el centro.
Ruta, voces y simbolismos
El trayecto partió desde La Lomita y continuó por la Álvaro Obregón hasta la zona de Catedral. A lo largo del camino se vieron globos blancos, velas, fotografías de personas ausentes y mensajes escritos a mano. Las consignas como "¡Basta ya!" y "Queremos paz" resonaron en cada esquina.
Familias enteras participaron: buscadoras con estudiantes, comerciantes, profesionales con letreros de "Sin paz no hay trabajo". Crónicas visuales publicadas por El Tiempo y Sergio Valle muestran la diversidad de los participantes marchando juntos con globos y playeras blancas.

Testimonios
- "Marcho por mi hermano. No busco venganza; busco verdad", dijo una joven con una foto plastificada.
- "La paz comienza en casa, pero también se exige en las calles", compartió un comerciante que repartía agua.
- "Traigo a mis hijos para que recuerden este día como el momento en que dijimos: hasta aquí", expresó una madre con una vela.
Las voces coincidían en poner a las víctimas en el centro y recuperar la tranquilidad cotidiana.
Un mensaje claro: la paz la construimos todos
La concentración final fue un mensaje cívico: coordinación institucional, justicia con transparencia y corresponsabilidad social. La cobertura de medios nacionales, como El Informador y TV Azteca, subrayó el carácter pacífico y multitudinario. Crónicas locales como Revista Espejo destacaron que el protagonismo fue plenamente ciudadano.
¿Qué sigue para Culiacán?
Acompañar a víctimas y familias, promover entornos seguros y exigir resultados medibles en prevención y justicia. La marcha fue un punto de partida. La sociedad civil demostró su capacidad de organización y ahora espera respuestas concretas de las autoridades. El camino hacia la paz requiere acciones sostenidas, transparencia en los procesos y la participación activa de todos los sectores.
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